Sobre los políticos

Indignados en el Tribunal Constitucional: entrarás pero no saldrás

Tres magistrados del Tribunal Constitucional renuncian al cargo por considerar que han cumplido sobradamente el mandato de nueve años que establece la Constitución y que el Parlamento- mas bien los partidos políticos- no han hecho los deberes de renovarlo. El Presidente del alto Tribunal no  acepta su renuncia y la mas alta institución de la nación con capacidad resolutiva para incidir en lo divino y lo humano, en leyes y sentencias, queda como un buque a la deriva, desarbolado en su legitimidad y en el cabo de las Tormentas.

1.    Diríase que la indignación es contagiosa, y que los movimientos de rebeldía han llegado hasta a las instituciones. Sin embargo, Sevach cree que al margen de las lecturas interesadas de tan insólita decisión por parte de quienes se califican de “analistas políticos”, lo cierto es que estamos ante un acto de gran altura moral y que otorga un potente brillo de dignidad a quienes han dicho “basta ya”.

2. De hecho, cada carta (dentro de la común sobriedad y elegancia) cuenta con su estilo:  explícita, la de Eugeni Gay; lacónica la de Pérez Vera, y  sutil la de Delgado Barrio, cuyo párrafo final me parece magnífico: “Y una vez más he de destacar que las cosas salen mejor cuando se cumple la Constitución y salen peor cuando no se cumple”.

3. En efecto, el Tribunal Constitucional no es un órgano típica y exclusivamente jurisdiccional sino que presenta un alto componente político ( forma y responsabilidad de designación de sus miembros, naturaleza de los asuntos,etc) y por ello, para velar por su función constitucional, si el derecho resulta inoperante  ( “bloqueo de nombramientos” por motivos políticos, entendiendo por “políticos” los «chalaneos tabernarios”) bien está la vía de hecho para recordar:

A)            Que las competencias públicas son irrenunciables, incluidas las parlamentarias.

B)            Que la limitación del mandato de los magistrados a nueve años no tiene amparo en una Ley o una circular sino en la propia Constitución (art.159.3 CE) y por tanto, el parlamento debe cumplirla.

C)          Que los partidos políticos, que son la correa de transmisión de los grupos parlamentarios, no pueden extender la mesa de lo negociable como Fausto al propio  “alma” de la Constitución, y hay que recordar que la lapidaria pero contundente exigencia constitucional es que los candidatos sean “juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional”- esto es, dos requisitos que no encierran discrecionalidad absoluta sino auténticos conceptos jurídicos indeterminados tanto en lo de “reconocida competencia” como los “quince años” exigibles. No es mucho pedir: no se trata de pescar tiburones blancos pero tampoco de pasar sardinas por esturiones.

4. En España hay sobradísimos juristas de “reconocida” ( o si se quiere, “unánime”) competencia, que permitiría que cada partido elaborase propuestas por decenas para cada candidatura para encomendar el descarte a técnicas válidas y objetivas ( sorteo, Comisión de Altas magistraturas- Defensor del Pueblo, Presidente del Tribunal Supremo, etc- ) o sencillamente la propuesta que mas adecuada me parece. Que los partidos políticos llevasen al congreso como propuesta jurídico-formal la que previamente partiese del Consejo de Estado (que para eso está, para decisiones de alto calado jurídico/político) adoptada sobre ternas, cuaternas o quinternas procedentes, eso sí, de los partidos políticos.

5. Por eso, creo que el mensaje de los tres magistrados es potente y claro. Un órdago que no ha sido aceptado por el Presidente del Tribunal Constitucional quien también ha actuado “a bote pronto” como era de esperar, rechazando esa renuncia para no crear un vacío de poder. Sin embargo, el mensaje queda ahí y deberían tomar buena nota los partidos políticos.

6. Al igual que no me gustaría ser operado del corazón por un cirujano cuya dimisión no hubiese sido aceptada antes de la intervención, no me parece serio que un Tribunal Constitucional mantenga una situación próxima al Bounty momentos antes del motín, con quejas fundadas de los oficiales del barco porque quien manda lleva de forma errática y despótica su rumbo ( y no me refiero al Capitán  William Bligh sino a los partidos políticos, el nuevo Leviatán del bipartidismo).

7. Me pregunto, si al igual que el movimiento de “indignados” cosechó un rosario de afiliaciones, algún parlamentario, consciente de que el Congreso o el Senado (del que forma parte y cuyas funciones juró/prometió cumplir) no ha hecho su trabajo, será capaz de renunciar testimonialmente como acto de protesta a su Acta de diputado. Me temo que no….

Por eso, ante tales actos de dimisión, tan insólitos en los cargos públicos españoles, como constitucionalmente legítimos y justificados, solo puedo aplaudirlos por hacerme recuperar la confianza en algunas personas de las que puede predicarse a los cuatro vientos su “reconocida honestidad”.

Y para quienes son los destinatarios del mensaje enérgico que subyace en tales cartas, he de recordar aquello de  ¿ Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?

 

 

 

0 comments on “Indignados en el Tribunal Constitucional: entrarás pero no saldrás

  1. peterlove

    Para lo visto, bien podrían dimitir todos. Como tribunal «político» cumple los dictados del partido político que los nombra, y salen sentencias como la de hoy, que avala el recortazo del 5%.

    Welcome to Spain! Welcome to Third World!

    • sed Lex

      Bueno, todavía nos queda la cuestión de inconstitucionalidad del juzgado nº 2 de Badajoz, por cierto, yo creo que muy bien planteada. Aunque seguro que también «se lo tragan».

      Aquí os dejo un enlace donde se puede ver el Auto.

      http://otrafuncionpublica.blogspot.com/2011/05/un-juzgado-de-badajoz-plantea-cuestion.html

    • Perplejo

      Pues la sentencia que mencionas, me interesa muchísimo. En el BOE de hoy no sale publicada. Puedes aportar mas datos de la misma. Gracias anticipadas y emplazo a Sevach para que a la vista de la misma (mejor dicho tras su lectura y reposo convenientes) nos ilustre con sus comentarios. Todos lo agradeceríamos.

  2. sed Lex

    Por cierto, respecto a lo del TC, otra vez Sansón da en el clavo. Y como una imagen vale más que cien palabras:

    http://blogs.elnortedecastilla.es/rafavega/2011/6/14/sanson#comments

  3. Estimado amigo Sevach:
    Creo que la decisión del presidente del TC no aceptando la renuncia de los tres magistrados es un brindis al sol, por ser generoso. La renuncia es un acto unilateral de quien la presenta y, por tanto, entiendo que no cabe el rechazo, pues entonces estaríamos «mutando» una extinción de la relación netamente unilateral (renuncia o dimisión) por una bilateral, algo que no es de recibo. La renuncia no precisa de otro acto más que la aceptación expresa por parte de quien la recibe.
    En cuanto a la justicia constitucional española y su crisis galopante, me remito al recentísimo artículo publicado en el último número (21) de El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho, que lleva por título «El funcionamiento de la justicia constitucional difusa frente al modelo de justicia constitucional concentrado: lecciones comparativas que ofrecen los casos de Arizona y California», especialmente a la conclusión.

  4. vestidita de rosita

    A veces hay Sentencias que son incomprensibles por mucha «elasticidad» jurídica que se poseea.

    Es decir, que bajarle el sueldo a los funcionarios es constitucional, pero no reducir el número de asesores, de concejales ( en pueblos de 20 mil habitantes, nada menos y nada más que 21 ), de coches oficiales, de enchufados, de dietas, de teléfonos móviles, de gratificaciones, de productividades, de contrataciones para que las grandes empresas engorden más amparándose en la falacia de la crisis, de dinero a los bancos, etc etc ESO NO ES ANTICONSTITUCIONAL…………….BRAVO CONSTITUCIONAL, gracias por vuestro gran favor en pro de la JUSTICIA MATERIAL….

  5. DiegoGómez

    Querido Sevach:

    Comparto contigo que existen juristas de prestigio reconocido unánimemente por todos que podrían ser candidatos perfectos para el TC. El problema es que esos todos que nosotros interpretamos como todos aquellos que se dedican de uno u otro modo al derecho en realidad en la Constitución son todos los Partidos Políticos (o la mayoría necesaria para ello) porque son quienes los tienen que elegir.

    Coincido contigo plenamente en que su actuación en este caso les honra y quizás redime en parte actuaciones anteriores de alguno de ellos en orden a la imposible flexibilización de la Constitución que pretendían en alguna sentencia muy famosa.

    Lo que sí es que llegados son los tiempos de reformar la Constitución a este respecto para garantizar la independencia del Poder Judicial, eliminando de una vez esa forma de nombramiento. Sobre todo después de haber visto la viñeta brillante de Sansón que recomienda nuestro compañero Sed Lex.

    Un abrazo

  6. Enrique

    No entiendo porqué una parte del TC se quiere ir, de hecho podrían atrincherarse todos a perpetuidad. ¿Acaso no son el Verdadero Órgano Supremo Español que directa o indirectamente está por encima de los tres poderes y, en la práctica, de todo?

    Un saludo.

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